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Vamos a descubrir lo que rodea a los malos hábitos de alimentación:

No es fácil levantarse pronto por la mañana, por lo que, cuando finalmente eres capaz de salir de la cama, solo tienes 10 minutos para ducharte, vestirte e irte a trabajar. Definitivamente no tienes tiempo suficiente para desayunar.

Saltarnos el desayuno no es una forma adecuada de comenzar la mañana. Puede provocar que te sea más difícil mantener la concentración y, cuando el hambre finalmente aparezca, seguramente comas lo primero que encuentres. En ese caso, una manzana y unas nueces son una gran elección.

Intenta reducir el consumo de chocolate, patatas fritas y todo aquello que sea poco saludable. Intenta no comer demasiado rápido, éste podría ser el primer paso para evitar el ardor y la acidez.

Durante la hora de comer, vas hacia los restaurantes y, aunque tienes una hora que podrías utilizar para sentarte con calma, estás tan ocupado que coges un sándwich y comes mientras vuelves al trabajo y así cada día. Tienes temas demasiado importantes que tratar y la comida no es tu prioridad.

Comer mientras trabajas no es la forma más saludable para comer y el hecho de comer rápido podría llegar a causar problemas digestivos como ardor y/o acidez.

Si tras el trabajo tus compañeros salen a tomar una copa y no quieres perdértelo, intenta comer algo sano para cenar y así mantener unos hábitos de vida saludables.

Hay que tener en cuenta que las bebidas con burbujas y el alcohol pueden causar o empeorar los síntomas de acidez y ardor, por lo que se recomienda limitar su consumo.

Si sientes que estas pautas están relacionadas con tu estilo de vida, puede que sea el momento para pensar en aquello que puedes hacer para empezar a prevenirlo. Y con ello el ardor y la acidez. Intenta sentarte mientras comes, y llevar unos hábitos de vida saludables.

Sea como sea, para esos momentos en los que el ardor y la acidez aparecen, tienes Gaviscon Forte Doble Acción para aliviar los síntomas rápidamente, permitiéndote seguir con tu día.

Indicado a partir de 12 años. Leer siempre el prospecto y consultar al farmacéutico en caso de dudas.

Artículo publicado el 6 de octubre de 2017